las actividades fueron divertidas y emocionantes. pero el menú era limitado.

Igloos petits però molt acollidors. Les activitats nocturnes, espectaculars per veure les aurores. Menjar acceptable, amb possibilitat de millorar el servei. Algunes cues a l'hora del sopar, però la tranquil·litat del lloc ho compensa. Un bon record!

Las cabañas son cómodas y tienen

un ambiente acogedor, pero hay que estar preparado para compartir espacios cercanos con otros iglús, lo que puede afectar la privacidad. La vista de las auroras boreales desde el iglú fue una experiencia inolvidable y mágica. Sin embargo, la organización del transporte entre las aldeas fue caótica en

La curiosidad pudo conmigo

El resort tiene un gran potencial, pero el costo altísimo no justifica la experiencia. Las cabañas no tienen ducha privada, lo cual es muy incómodo en invierno. Además, las opciones gastronómicas son limitadas y el servicio al cliente destaca por su desorganización. Es más un atractivo turístico que un verdadero refugio.

Las instalaciones son acogedoras y bien equipadas.

La cama de nuestro iglú no era tan cómoda como esperábamos, lo que afectó nuestro descanso. Además, la variedad en el buffet del desayuno dejaba mucho que desear. se sentía repetitivo y poco apetitoso. La falta de privacidad por la cercanía de los iglús también resultó ser incómoda, ya que las luces de los vecinos interferían en nuestra experiencia nocturna.

Aprovecha las actividades nocturnas para ver las auroras desde el iglú. son impresionantes y transforman la experiencia en algo mágico.

mi familia y yo pasamos una noche en este hermoso resort. realmente superó nuestras expectativas, sobre todo las actividades nocturnas, donde pudimos ver auroras boreales desde el iglú. la atención en la cena fue impresionante y el ambiente era mágico.

el desayuno era limitado y repetitivo.

Pasamos un tiempo increíble con amigos. Hicimos un crucero por el lago Inari y visitamos la isla Ukko, un lugar sagrado para los sámi. Las auroras boreales fueron espectaculares. Para futuros huéspedes, el desayuno es bueno y la cena regular, así que planifiquen bien. ¡No se pierdan la búsqueda de auroras!

Tuvimos un problema con la calefacción en nuestra cabaña. Llegamos a -27°C y no estaba caliente, lo que fue incómodo. Aunque nos dieron radiadores, no funcionaban bien al principio. Eso le restó diversión a nuestra experiencia.

Las frutas frescas de temporada son un lujo que no te puedes perder y hacen que cada comida sea un festín. Además, los iglús Kelo son una maravilla, perfectos para disfrutar de la increíble vista de las auroras boreales. El ambiente es acogedor y la decoración del lugar es encantadora.

La distancia entre las aldeas puede ser un poco engorrosa. me perdí buscando la recepción en la aldea oeste, solo hay un cartel del restaurante que no ayuda mucho. Además, fue un caos completar la cena, solo había un menú y tardamos tres horas en servirnos, lo cual fue bastante lento.

La experiencia en el iglú fue mágica cuando pudimos ver las auroras boreales, una imagen increíble desde la comodidad del iglú. Sin embargo, la privacidad fue mínima, con los iglús muy cerca unos de otros, y el servicio al cliente dejó mucho que desear, especialmente al llegar, donde no había asistencia y el check-in fue caótico. La comida también fue decepcionante, ya que el menú era bastante limitado.